2 de octubre de 2013

El suicidio

Estaba viendo una película brasilera sobre lo que ocurría después de la muerte llamada “Nosso Lar” que no es nada “Del otro mundo” como se podría uno imaginar.  Bueno, la película sí es de otro mundo porque se refiere al mundo de los muertos pero en este aspecto yo digo que nadie sabe cómo es eso allá, si es que acaso hay allá.

Aunque en la película muy sutilmente dejan entrever que “ciertas personas “ pueden percibir el más allá (Me imagino que se llama más allá refiriéndose a que esta después de la muerte) y al final del filme dicen que es basado en la obra de un conocido médium brasilero, yo no comparto mucho de lo que dicen en esa y en otras películas con la misma temática.  ¿Por qué? Te lo diré:

Si hay algo en lo que yo creo ciegamente, es en la Biblia.  Estoy convencido de cuerpo entero de que esa es la palabra de Dios.  No sé si es que mis educadores me lavaron bien el cerebro o por el contrario mi subconsciente percibe que Jehová mi Dios le habla a través  de ella.  No voy a negar que muchas veces, la gran mayoría de las veces no entiendo ni papa de lo que quiere decir, pero hay otros momentos en que la leo y encuentro justo lo que necesito entender.  Conclusión: La Biblia está ahí, escrita desde hace miles de años, desde entonces no ha cambiado.  Los que cambiamos somos nosotros y no podemos entenderla a menos que estemos preparados para ese evento…

Volviendo a la película dicen que la mayoría de la gente muere por suicidio y explican que las personas, sin saberlo, se van matando día a día (Con la comida, los malos hábitos etc.) estoy de acuerdo con eso.  Y ahora sí, caemos en el tema que inspiró este escrito: El Suicidio.

En mi ciudad, Barranquilla, el índice de suicidios es muy alto, según las estadísticas uno de los más altos del país lo cual es preocupante y contradictorio a la vez porque se dice en otras estadísticas que Barranquilla es “La Ciudad donde la gente es más feliz”.  Esto no es decir poco si tenemos en cuenta que Barranquilla es una ciudad de Colombia y Colombia aparece como ¡El  país donde la gente es la más feliz en el mundo!

Las personas que se suicidan, no lo hacen de improviso, ése no es un acto producto de un arrebato del momento.  Quien lleva a cabo esta acción, ya lo ha meditado mucho con anticipación suficiente y ha concluido que vivir no vale la pena y que es mejor morir.  Por esa razón no estoy de acuerdo con que salven o traten de salvar a una persona que ha intentado suicidarse, porque esa es una decisión personal y me parece violatorio de su individualidad el quererlo hacer que viva cuando no es su voluntad hacerlo.  No sé si estoy en lo cierto o no, pero eso es lo que pienso.

Si es cierto que “Nadie se muere en la víspera”, entonces cabe decir que quien logra su objetivo de morir voluntariamente, era porque le tocaba, ése era su día; y si no lo logra es porque no le tocaba morir por alguna razón desconocida.

Algunos podrán opinar que yo estoy hablando sin conocimiento de causa, pero yo les diré que no es así, porque yo “Me suicidé una vez” y digo me suicidé porque el resultado debía haber sido la muerte inevitable, porque mi caso fue meditado, estudiado y calculado para lograr ese objetivo, te lo explicaré:

Me tomé un poderoso raticida, suficiente para matar diez personas o más y me tomé un ¡frasco completo! de  “Fenobarbital” que es una droga para tratamientos nerviosos (Epilepsia principalmente) y que debe ser administrado en pequeñas dosis debido a su poderoso efecto somnífero (El objetivo de tomarme este remedio era para no estar consciente durante el efecto del raticida que según los estudios es muy traumático)

Debí quedar por lo menos en estado vegetativo, desconectado del mundo que tanto quería abandonar, pero ¿qué sucedió? Al otro día me desperté como si nada hubiera hecho para morirme, tan normal como si lo último que hubiera hecho la noche anterior hubiera sido cepillarme los dientes.

¿Qué piensas tú que pasó? ¿Sería que el veneno estaba pasado (Vencido)? No lo sé pero lo analicé muchísimo y llegué a una conclusión, no sé si la compartas o no pero es esta:

Dios no permitió que me muriera por alguna razón que yo no lograba entender. 

En lo que a mí concierne yo me morí ese día y desde entonces estoy tratando de hacer lo mejor que puedo con mi vida para ayudar a otros lo más que pueda y siempre de manera desinteresada, ya lo sabes.  No sé si se pueda interpretar esto como “El nacimiento de un nuevo hombre en mí” lo que sí yo sé ahora es que mi vida no me pertenece, nunca me perteneció, pertenece a Jehová mi Dios y para servirle a Él de instrumento es que vivo porque yo como individuo no tengo ninguna aspiración, no deseo nada.  Sólo morirme.  Cuando Dios lo permita.

No creas que yo vivo amargado o algo por el estilo, ¡NO! Cualquiera que me ve piensa que soy ¡Feliz! Y lo soy, yo vivo cada momento como si fuera el último, hago muchas bromas para alegrarle el rato a quien esté conmigo en el momento; en ningún caso estoy fingiendo alegría, ella es auténtica.  Lo único es que pienso que no encajo en estos “Métodos de vivir”, de dirigir, de aplicar justicia, de jugar con el amor etc. que tienen los humanos.  Yo siento que no pertenezco aquí; no soy parte de esto; nací en el planeta equivocado o por lo menos en el país equivocado o en el tiempo equivocado…

A propósito de morirme aprovecharé para dejar bien claro lo que deseo que suceda después de que me convierta en cadáver:


Quiero que todo lo que sirva de mi cuerpo sea donado a quien lo pueda necesitar.  Que mi cuerpo no sea enterrado sino que sea reducido a polvo mediante “El fuego purificador” y que luego mis cenizas sean arrojadas desde el puente Pumarejo al Rio Magdalena para que él se encargue de llevarme al mar que es lo que yo más admiro de la maravillosa creación de Dios.  Que no me velen ni un solo día.  Que no me lleven a ninguna iglesia ni me hagan ningún ritual religioso-espiritual porque yo me siento en paz con Dios y si estoy equivocado en este aspecto es con Él que deberé ajustar cuentas.  Si alguien quiere llorar que lo haga porque eso es algo individual en lo cual no me quiero meter pero que nadie sienta que es obligación hacerlo porque ¡Yo me voy feliz!

1 comentario:

  1. Sorprendente escrito, algunas veces las personas hacen cosas que uno nunca pensaría que harían pero todo tiene su razón de ser y sólo Dios sabe por que pasan las cosas.

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