Estaba viendo una
película brasilera sobre lo que ocurría después de la muerte llamada “Nosso Lar”
que no es nada “Del otro mundo” como se podría uno imaginar. Bueno, la película sí es de otro mundo porque
se refiere al mundo de los muertos pero en este aspecto yo digo que nadie sabe
cómo es eso allá, si es que acaso hay allá.
Aunque en la película
muy sutilmente dejan entrever que “ciertas personas “ pueden percibir el más
allá (Me imagino que se llama más allá refiriéndose a que esta después de la
muerte) y al final del filme dicen que es basado en la obra de un conocido médium
brasilero, yo no comparto mucho de lo que dicen en esa y en otras películas con
la misma temática. ¿Por qué? Te lo diré:
Si hay algo en lo que
yo creo ciegamente, es en la Biblia.
Estoy convencido de cuerpo entero de que esa es la palabra de Dios. No sé si es que mis educadores me lavaron
bien el cerebro o por el contrario mi subconsciente percibe que Jehová mi Dios
le habla a través de ella. No voy a negar que muchas veces, la gran mayoría
de las veces no entiendo ni papa de lo que quiere decir, pero hay otros
momentos en que la leo y encuentro justo lo que necesito entender. Conclusión: La Biblia está ahí, escrita desde
hace miles de años, desde entonces no ha cambiado. Los que cambiamos somos nosotros y no podemos
entenderla a menos que estemos preparados para ese evento…
Volviendo a la película
dicen que la mayoría de la gente muere por suicidio y explican que las personas,
sin saberlo, se van matando día a día (Con la comida, los malos hábitos etc.)
estoy de acuerdo con eso. Y ahora sí,
caemos en el tema que inspiró este escrito: El Suicidio.
En mi ciudad,
Barranquilla, el índice de suicidios es muy alto, según las estadísticas uno de
los más altos del país lo cual es preocupante y contradictorio a la vez porque
se dice en otras estadísticas que Barranquilla es “La Ciudad donde la gente es más feliz”. Esto no es decir poco si
tenemos en cuenta que Barranquilla es una ciudad de Colombia y Colombia aparece
como ¡El país donde la gente es la más
feliz en el mundo!
Las personas que se
suicidan, no lo hacen de improviso, ése no es un acto producto de un arrebato
del momento. Quien lleva a cabo esta
acción, ya lo ha meditado mucho con anticipación suficiente y ha concluido que
vivir no vale la pena y que es mejor morir.
Por esa razón no estoy de acuerdo con que salven o traten de salvar a
una persona que ha intentado suicidarse, porque esa es una decisión personal y
me parece violatorio de su individualidad el quererlo hacer que viva cuando no
es su voluntad hacerlo. No sé si estoy
en lo cierto o no, pero eso es lo que pienso.
Si es cierto que “Nadie
se muere en la víspera”, entonces cabe decir que quien logra su objetivo de
morir voluntariamente, era porque le tocaba, ése era su día; y si no lo logra
es porque no le tocaba morir por alguna razón desconocida.
Algunos podrán opinar
que yo estoy hablando sin conocimiento de causa, pero yo les diré que no es así,
porque yo “Me suicidé una vez” y digo me suicidé porque el resultado debía
haber sido la muerte inevitable, porque mi caso fue meditado, estudiado y calculado
para lograr ese objetivo, te lo explicaré:
Me tomé un poderoso
raticida, suficiente para matar diez personas o más y me tomé un ¡frasco
completo! de “Fenobarbital” que es una
droga para tratamientos nerviosos (Epilepsia principalmente) y que debe ser
administrado en pequeñas dosis debido a su poderoso efecto somnífero (El
objetivo de tomarme este remedio era para no estar consciente durante el efecto
del raticida que según los estudios es muy traumático)
Debí quedar por lo
menos en estado vegetativo, desconectado del mundo que tanto quería abandonar,
pero ¿qué sucedió? Al otro día me desperté como si nada hubiera hecho para
morirme, tan normal como si lo último que hubiera hecho la noche anterior
hubiera sido cepillarme los dientes.
¿Qué piensas tú que
pasó? ¿Sería que el veneno estaba pasado (Vencido)? No lo sé pero lo analicé
muchísimo y llegué a una conclusión, no sé si la compartas o no pero es esta:
Dios no permitió que me
muriera por alguna razón que yo no lograba entender.
En lo que a mí
concierne yo me morí ese día y desde entonces estoy tratando de hacer lo mejor
que puedo con mi vida para ayudar a otros lo más que pueda y siempre de manera
desinteresada, ya lo sabes. No sé si se
pueda interpretar esto como “El nacimiento de un nuevo hombre en mí” lo que sí
yo sé ahora es que mi vida no me pertenece, nunca me perteneció, pertenece a
Jehová mi Dios y para servirle a Él de instrumento es que vivo porque yo como
individuo no tengo ninguna aspiración, no deseo nada. Sólo morirme.
Cuando Dios lo permita.
No creas que yo vivo
amargado o algo por el estilo, ¡NO! Cualquiera que me ve piensa que soy ¡Feliz!
Y lo soy, yo vivo cada momento como si fuera el último, hago muchas bromas para
alegrarle el rato a quien esté conmigo en el momento; en ningún caso estoy
fingiendo alegría, ella es auténtica. Lo
único es que pienso que no encajo en estos “Métodos de vivir”, de dirigir, de
aplicar justicia, de jugar con el amor etc. que tienen los humanos. Yo siento que no pertenezco aquí; no soy
parte de esto; nací en el planeta equivocado o por lo menos en el país
equivocado o en el tiempo equivocado…
A propósito de morirme
aprovecharé para dejar bien claro lo que deseo que suceda después de que me
convierta en cadáver:
Quiero que todo lo que
sirva de mi cuerpo sea donado a quien lo pueda necesitar. Que mi cuerpo no sea enterrado sino que sea
reducido a polvo mediante “El fuego purificador” y que luego mis cenizas sean
arrojadas desde el puente Pumarejo al Rio Magdalena para que él se encargue de
llevarme al mar que es lo que yo más admiro de la maravillosa creación de
Dios. Que no me velen ni un solo día. Que no me lleven a ninguna iglesia ni me
hagan ningún ritual religioso-espiritual porque yo me siento en paz con Dios y
si estoy equivocado en este aspecto es con Él que deberé ajustar cuentas. Si alguien quiere llorar que lo haga porque eso
es algo individual en lo cual no me quiero meter pero que nadie sienta que es
obligación hacerlo porque ¡Yo me voy feliz!
Sorprendente escrito, algunas veces las personas hacen cosas que uno nunca pensaría que harían pero todo tiene su razón de ser y sólo Dios sabe por que pasan las cosas.
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