20 de septiembre de 2015

El Lider

Ahora, en estos días, me he ausentado "un poco" porque me encuentro desarrollando un proyecto empresarial muy interesante del cual no hablaré ahora sino que me referiré a algo que allí  me ha tocado enfrentar.

Dentro de dicho proyecto le insinúan; le ordenan casi, que uno debe ser "líder". Como siempre trato de aclarar mis puntos busqué la palabra en el diccionario y he aquí lo que significa:
Líder: persona a la que un grupo sigue, considerándola su jefe u orientadora.

En vista de la anterior definición, considero que no puedo ser "líder" de nadie.  La razón es muy sencilla: me cuesta trabajo lidiar conmigo mismo; ¿Cuánto trabajo no dará tratar de orientar o guiar a otra persona y mucho más a un grupo?
Esto debido a la gran variedad de caracteres que las personas tienen y además por los prejuicios y hábitos que ellas han adquirido a través de su experiencia...

Considero igualmente que el líder no pide serlo, él sólo actúa desarrollando sus actividades normalmente como las desarrolla y es la gente quien decide seguirlo o no.

Porque para que una persona o un grupo siga a alguien este alguien debe habérselo ganado; no a fuerza de exigirlo sino por voluntad e iniciativa propias de la persona o el grupo antes mencionado.

Mirando las páginas de la historia he podido descubrir a muchos a quienes la gente siguió y en algunos casos fue bueno que lo hicieran y en muchos otros no.

¿Por qué la gente tiende a seguir a una determinada persona? no lo sé en realidad y tal vez nadie lo sepa pero lo que yo sí sé es que de mi santa voluntad no deseo liderar a nadie; cada quien según mi modo de ver la vida, debe ser responsable de sus actos y realizarlos en pro de su bienestar, el de su familia o el de su equipo según sea el caso y constituirse cada quien en líder de su propia existencia...
Claro está que si una persona dentro del análisis que hace de una situación considera que yo puedo ayudarla a decidir mejor o darle algunas luces al respecto: yo lo haría gustoso sin esperar nada a cambio; porque me gusta ayudar y ver a las personas progresar, avanzar y mejorar sin sentir ni la más mínima envidia, porque debo decirlo: ¡me alegro cuando alguien alcanza una meta! y cuanto más difícil se le haya presentado el reto: ¡más alegría me da!