22 de enero de 2014

El Seguro de Vida

En estos días he estado viendo en televisión cerrada un programa intrigante llamado Investigation Discovery (ID) digo intrigante en el sentido que las historias que allí desarrollan siempre o casi siempre tiene que ver con intrigas que finalmente conducen a algún asesinato.  El programa consiste en mostrar la forma como los investigadores lograron descifrar el misterio que casi siempre acompaña a estos hechos.
Llamó mucho mi atención un capítulo en el cual el tipo mata a la esposa para poder cobrar el seguro de vida del cual sabía que era el beneficiario…
Entonces me situé en la realidad y comencé a pensar sobre este tema en particular: El seguro de vida.

Cuando una persona nace, inmediatamente asegura una muerte que sólo Dios sabe cuándo, cómo y dónde ocurrirá.

Por más que las personas quieran conocer el día o la forma en que dejarán este mundo, ése es un sueño que nadie puede cumplir porque como dije antes:”Sólo Dios conoce esos datos”.

Sabiendo el hombre que indudablemente un día tendrá que morir, se ideo algo llamado “Seguro de vida”; honestamente pienso que no hay algo que tenga el nombre tan mal puesto, porque de lo dicho anteriormente podemos deducir que ¡La vida no se puede asegurar!
Lo que sí se puede hacer es asegurarle a alguno(s) que nos sobreviva(n) un futuro sin muchas penas de tipo económico, vale aclarar… Lo anterior se logra con el ya mencionado “Seguro de Vida” que debería  llamarse seguro de supervivencia para que fuera más exacto el nombre.

Dejemos a un lado la discusión por el nombre y entremos a analizar lo que hoy es el objeto de este escrito:

Cuando una persona toma un seguro de vida, lo hace pensando en el hecho de que un día desconocido dejará de estar entre los vivos y dejará a ciertas personas sin su presencia y probablemente desamparadas.  Previendo esto, se toma el seguro de vida y se coloca como beneficiario de este a aquella persona que más nos interesa en la vida; aquella a quien no queremos dejar desamparada o aquella a la que queremos decirle que sin lugar a dudas ella es la persona que más nos interesa en este mundo.  Igualmente estamos diciendo a todas las demás personas que nos rodean que, si acaso ellas nos interesan, nuestro interés no llega a tanto como para pensar en ellas aun después de no estar en este mundo.
Es lindo ser beneficiario de un seguro de vida porque eso nos da importancia aunque sea ante una sola persona.

A través de la historia se han hecho muchas cosas no tan honestas con el fin de cobrar el seguro de vida; hasta ha habido quien fingiera su propia muerte con el fin de que el beneficiario o beneficiaria lo cobre y después disfrutarlo juntos en una tierra lejana…
Hay mucha documentación al respecto sobre estos hechos, lo cual llevó a las compañías aseguradoras a asegurarse (jejejeje) de que el muerto, estaba realmente muerto da mucha risa pensar que ha habido muertos  “Tan vivos”…

Volviendo al programa de Tv, pienso que cuando alguien muere accidentalmente o en condiciones no muy claras, el primer sospechoso ha de ser quien sea beneficiario de el ya tan famoso seguro de vida.  Y me imagino que hasta inocentes habrá en la cárcel porque no pudieran demostrar su inocencia en un caso de estos.  Hay de todo en la viña del Señor.  Y entonces no sólo se pierde al ser querido sino también la libertad.

Queda demostrado una vez más que el dinero corrompe; daña hasta al amor más lindo…
¡Qué triste!