27 de octubre de 2017

LA PROSTITUCIÓN

Cuando se escucha la palabra Prostitución, algunos sentirán dolor, tristeza, nostalgia o alegría según sea que la hayan sufrido, soportado en algún familiar, disfrutado de ella o lucrado de ella.

Pero veamos más detenidamente qué es la prostitución: según el diccionario de la lengua española es "Actividad de quien mantiene relaciones sexuales con otras personas a cambio de dinero"

Esta es desde luego una definición muy superficial en la que en pocas palabras trata de encerrar toda una actividad que no es ni remotamente sencilla o fácil.

Trataré de razonar un poco analizando este tema bastante escabroso ¡para ver si concluyo con un poco de luces para mis lectores y para mí mismo!

Si una persona de cualquiera de los sexos hoy existentes y aceptados recibe unos billetes, un cheque, una transferencia electrónica o cualquier medio de pago, se convierte en prostituto(a).

Si esto es así y resulta que otra persona igualmente tiene sexo y NO recibe dinero como lo explica la definición sino que le dan un carro, un computador, un celular, un viaje, ropa o cualquier otro objeto o algo más difícil de tasar como es un empleo, una nota en una materia sea esta de colegio o universitaria o cualquier otra cosa de las muchas que podrían ser; ¿a esta persona se le puede o no llamar prostituto(a)? según la definición no.  ¿Acaso lo que reciba no tiene un valor en dinero?

Si vamos un poco más allá en nuestro análisis encontraremos a aquellas personas que tienen relaciones sexuales con múltiples parejas (No necesariamente al mismo tiempo) por el sólo hecho de sentir placer, sin recibir nada a cambio...¿Tampoco estos cabrían dentro de la definición?

Pues yo pienso que "A esa historia le falta un pedazo" como decía mi abuela...

Primero y para ser, si no justos, por lo menos centrados; habría que analizar las circunstancias que llevan a una persona a canjear sexo por dinero o por otra cosa.  Habría que tener en cuenta el entorno social, el familiar, y muchos otros aspectos que ameritarían ser tenidos en cuenta.

Opino que nadie se dedica a esta actividad por simple escogencia "Seré prostituto(a)" o algo así.  Percibo que quien se dedica e esto es llevado a la fuerza; fuerza de cualquier tipo pero menos de voluntad propia.

Ejemplo claro es el de las mujeres a quienes les toca migrar y en su nueva ubicación  no consiguen cómo subsistir y se ven forzadas a realizar esta actividad.  A propósito de esto, hace unos días los medios de comunicación estaban alarmados porque a una abogada venezolana le tocó prostituirse en Colombia, país al que llegó huyendo de la barbarie política que vive su país.  Entonces yo me pregunto: ¿Por qué se asombran? si durante años muchísimas profesionales de todas las áreas y hasta especialistas dentro de su profesión se habían visto en situación semejante en su propio país Cuba sin que nadie dijera nada al respecto.  Entonces ¿Por qué ahora sí lo hacen? me imagino que aquí mismo hay profesionales a las que les ha tocado dedicarse a esa actividad y permanecen en el más triste de los anonimatos.

Pero volviendo al tema de esta entrada: si no quieres quedar inmerso en la definición; no debes aceptar ni dinero ni nada de aquella persona con la que has tenido o piensas tener sexo porque te convertirás inmediatamente en "Puto(a)".  Según este análisis, todos lo hemos sido, todos lo somos o todos lo seremos algún día. Sí, porque si lo recibes antes eres "Prepago" y si lo recibes después eres "De plan"haciendo una comparación con los servicios celulares.  Pero Puto(a) en todo caso.

Para mí, en conclusión los únicos que se podrían catalogar como tales de la definición son aquellos que lo hacen ¡con múltiples parejas a cambio de nada!  Es decir bien lejos de la definición encontrada en el diccionario.

Quiero aclarar  que esta es sólo mi opinión y nada tiene que ver con una posición intransigente ni mucho menos.  Cada quien puede sacar sus propias conclusiones y aportar su forma de pensar allí en los comentarios.