19 de marzo de 2013

Una Pasión Inexplicable


Esto que voy a contarte ahora, es algo que yo mismo no he logrado entender, pero no por eso, deja de ser real.
“En un principio creó Dios los cielos y la tierra…No mentiras, no voy a empezar de tan lejos en el tiempo; pero sí de “algo” lejos en el mismo:
Cuando yo tenía ocho años más o menos, mi papá se compró una radio portátil que para esa época era como tener hoy una Tablet.  Yo siempre he sido muy curioso, sobre todo con los aparatos electrónicos y enseguida me dediqué a explorarla en todas sus posibilidades.  En ella había una palanquita que decía AM en un lado y del otro SW.  Como yo no sabía para qué era eso, le pregunté a mi papá y él me explicó que SW era para oir emisoras de otros países.  Entonces mi infantil imaginación comenzó a tratar de asimilar aquello: “Emisoras de otros países”.  Vaya, ¿qué será eso? Pero como no pude asimilarlo le pedí ayuda a mi papá y él sacó la antena, colocó el botón en SW y comenzó a darle vueltas al botón de sintonizado pero sin ningún resultado.  Entonces él me dijo que a esa hora no se podía sintonizar porque “En otros países están durmiendo ahora”.  Pero como yo soy muy persistente, cuando mi padre desocupó la radio en la tarde se la pedí prestada, me fui para el patio y comencé mi cacería de “emisoras de otros países” y para sorpresa mía salían tantas que era sólo mover un poco el botón y entraban más de una en unos idiomas que yo ni me imaginaba que pudieran existir.  Yo me imagino que mi cara en ese momento sería la misma que puso Aladino cuando comenzó a salir “El Genio” y al igual que Aladino: quedé encantado.
Lo que más me gustó de todo lo que escuché fue un idioma que se dejaba entender por momentos pero que después se confundía; después se entendía y después no…  Yo comencé como a jugar al que adivina lo que quiere decir el locutor y me concentraba tanto y lo escuchaba todos los días y por tan largo tiempo que mi papá tenía que quitarme de la radio como lo hace hoy un padre con su hijo enviciado en la internet…
Bueno no sé si será necesario decirte que ese idioma que me fascinaba era el portugués.  Me “envicié” tanto en ese idioma, que casi podía decir que ¡lo entendía completamente! Y me gustaba oírlo.
Por alguna razón que yo no recuerdo, dejé de hacer aquello que tanto me gustaba…
Muchos años después, cuando estudiaba en la universidad, un profesor  nos propuso lo siguiente: “Tengo un libro que traje de Brasil que está en portugués, si ustedes me lo traducen, les valgo esa traducción como un parcial”.  Sobra decir que aceptamos “de una” y él nos dio el libro que tenía 680 páginas.  Éramos 26 en el curso por tanto nos tocaba traducir a cada uno 27 páginas más o menos.
No sé cómo decir esto, pero cuando yo tuve el  libro en mis manos comencé a leerlo como si estuviera en español y terminé traduciéndolo todo ¡yo solo!…
Fue allí donde se “disparó” nuevamente aquella afición que había permanecido dormida por mucho tiempo y entonces sentía una necesidad insustituible de aprender a hablar portugués que era lo único que me faltaba (Al menos eso era lo que yo creía), porque ya “Lo entendía” y lo Leía…
Entonces utilicé la web para hacer eso y me inscribí a un curso en línea en una página muy buena llamada livemocha y allí “conocí” muchas personas nativas de Brasil país con el cual yo me siento identificado a tal grado que si se pudiera comprobar que las vidas pasadas existen; no habría ninguna duda de que mi vida anterior tuvo lugar en ese país porque esa es mucha pasión la que yo siento por todo lo que tiene que ver con Brasil, su música, sus comidas, su cultura todo.
Si uno no tuviera que estar agradecido con su país por haber nacido en él y por todo lo que le ha dado y enseñado; pueden tener por seguro que ya habría adoptado la nacionalidad brasilera…  Es más yo soy brasilero; mi corazón es brasilero y estoy plenamente convencido que no moriré sin antes visitar Fortaleza, Natal y Salvador las tres ciudades del nororiente de Brasil que más siento en mi corazón.
Algunos amigos de allá me preguntan ¿No tienes curiosidad por conocer Säo Paulo o Rio de Janeiro? Y mi respuesta es ¡Claro que sí! Pero mi corazón palpita por Fortaleza; la razón la desconozco pero es así.