Este no es el título de una película épica en la cual se
enfrentan cien guerreros contra uno y este les gana; tampoco es el resultado de
un partido de fútbol entre El Barcelona y
el Junior ; y aunque podría pensarse que se parece mucho al resultado de una
encuesta de popularidad del presidente Santos, debo aclararte que tampoco es de
esto que se trata el título de esta entrada…
Es más bien, el resultado de un análisis, de una observación
minuciosa y dedicada de las reacciones que en las otras personas pueden
producir nuestras acciones.
Me he dado cuenta que una persona puede durar toda su vida
haciendo “Cosas buenas” (Lo pongo entre comillas porque sé que lo que para unos
es bueno para otros no lo es tanto), y después por alguna razón hace “Algo malo”…
puedes tener la absoluta seguridad de
que ésa mala acción opacará irremisiblemente a todo lo bueno que anteriormente
había hecho…
¿A qué se debe esto? Ni idea, pero pienso acá desde el
rincón, que así es la naturaleza humana: difícil de satisfacer.
Conozco muchos casos que podrían ilustrar como ejemplos esta
observación pero no los voy a citar por la misma razón que coloqué entre
comillas cosas buenas y algo malo: porque esas frases suelen ser muy relativas
al momento de sopesarlas pues entra en juego una serie de circunstancias que
terminan siendo de tipo personal y cuando eso sucede es el egoísmo quien
califica…
Pero para aclarar un poco la idea que quiero expresar voy a
poner dos ejemplos de algo que es bueno y malo a la vez:
Una vez en alguna parte escuché o leí este ejemplo:
¿Una pistola es buena o es mala?
Si es la persona que la posee y la está utilizando para
defenderse; la respuesta es obvia: ¡Es buena!
Pero en ésa misma acción si es el que ha recibido la bala o
está siendo amenazado con recibirla quien la evalúa; ¡Indudablemente que es
mala!
El abogado que acabó de ganar el caso defendiendo al asesino
de un joven; ¿es bueno o es malo?
Para el asesino es “superbueno”; pero para la familia del
difunto es descaradamente malo…
Entonces de igual manara las acciones de los otros nos
parecerán buenas o malas si nos benefician o perjudican porque así es como el
común de las personas hacemos dicho balance.
Pero no es esa la razón de este artículo sino tratar de
entender cuál es la causa que nos hace
perder la perspectiva al momento de ser jueces de las acciones de alguien
diferente de nosotros mismos. Entonces ¿qué es lo que nos impulsa a olvidar
todo lo bueno que han hecho por nosotros y preferimos poner de primero lo malo
que nos hacen?
Honestamente no lo sé y escribí este artículo con la
esperanza de que si alguien que lo lea tiene alguna luz sobre el asunto quite
de mí este manto de ignorancia que, con respecto a este tópico, me atormenta.
Nota final: Pueden dejar sus comentarios y opiniones allí debajo
a la derecha en el link “Comentarios” y no se preocupen porque no salgan
publicados enseguida , pero la razón es que yo tengo que autorizarlos primero, pues
antes no lo hacía así y me llenaron de comentarios salidos de tono o con otra
intención; entonces procura que tu comentario sea por lo menos considerado ¿OK?
Totalmente de acuerdo, las acciones son jugadas dependiendo de las circunstancias en las que se encuentre la persona que juzga. Tengo una compañera que cuando no tenía novio hablaba muy mal de otra compañera que salió embarazada, y ahora que ella está embarazada dice que no vuelve a juzgar mas a otra mujer que esté en la misma situación que ella, pero eso es sólo justamente porque ella lo está viviendo...
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