Cuando los discípulos de Jesucristo se enteraron de que Él había resucitado, las reacciones fueron variadas; pero la que analizaremos aquí es la reacción de Tomás quien con tono de incredulidad dijo: "Si no veo en sus manos las heridas de los clavos, y si no meto mi dedo en ellas y mi mano en su costado: no podré creer" Juan 20:25
La anterior cita fue hecha para ayudar en la argumentación que a continuación intentaré realizar. Siempre he oído que "La verdad es más difícil de creer que la mentira" y también que "Creemos lo que queremos, lo que nos interesa o conviene" porque simplemente así somos. Pero imagínate, si dudaban de Jesucristo a quien vieron hacer toda suerte de milagros; no que lo leyeron o alguien se los contó, fue presenciado por ellos ¿qué se dejará para el resto de nosotros ¡Simples mortales! a quien nadie ha visto realizar algo más extraordinario que conseguir llegar al siguiente cumpleaños?
En mi experiencia personal he comprobado más de una vez que "La verdad es más difícil de creer..." porque en algunas ocasiones le he dicho algo que es verdad a alguien, quien queda así con cara de dudas, y le digo enseguida otra explicación que es mentira e inmediatamente me dicen "Ah, por ahí sí es..."es decir creen lo que es mentira.
Si todos los humanos fuéramos más objetivos, por decirlo de alguna forma no existirían los políticos como existen actualmente porque todos sabemos que están mintiendo; pero optamos por creerles y seguirles el juego en el que los únicos ganadores son ellos mismos. Ellos saben que nos están engañando, pero les importa poco porque saben cuál es su verdadera intención: utilizarnos.
Cuando un miembro de la pareja engaña al otro y este le reclama; aquel (o aquella según sea el caso) entrará a justificarse, a argumentar el por qué de sus acciones y en últimas, cuando no hay argumentos dirá: "No sé qué me pasó, en ese momento estaba loco(a)" o algo similar a esto, y la pareja elegirá si le cree o no. De esto último está la historia llena de casos de hombres abusivos que golpean a su mujer y luego le dicen que van a cambiar y es cierto: cambian para empeorar pero las mujeres les creen y les dan "Otra oportunidad" sólo para comprobar que el tal cambio no fue en el sentido que ellas esperaban y vuelven a perdonar hasta que llegan al punto donde ya no hay remedio: terminan muertas a manos de quien decía amarlas. Cabe aclarar que estas situaciones no sólo se presentan en el campo sentimental, en todos los aspectos de la vida de una persona podemos ver que ésto sucede: en lo religioso, en los negocios, en la amistad...
Entonces podríamos afirmar que cuando hay algo para ser creído, la voluntad juega un papel definitivo, porque ya sea consciente o inconscientemente nuestra voluntad es quien tiene la última palabra. Y volviendo a nuestra cita del comienzo, cualquiera podría imaginar que si alguien ve algo deberá creerlo sin duda, pero no es tan así, porque comenzarán a buscarle "una explicación más creíble" o algo por el estilo.
No sé si es que así fuimos diseñados o si fue elección nuestra portarnos así, pero es una realidad que no admite discusión alguna: La gente ¡Ni viendo creen! y también como decía mi madre cuando tenía uso de todos sus sentidos: "El acto de creer es voluntario"