Todos habremos presenciado, visto desde cierta distancia o por lo menos escuchado que cuando alguien por alguna razón desconocida o muy personal cae en alguno de los muchos vicios hoy existentes como son la drogadicción, el alcoholismo, el tabaquismo, los juegos de azar o los más modernos que llegaron con la tecnología como son los juegos de computadora o de celulares e inclusive la pornografía y hasta las redes sociales, lo hacen de una manera que ni ellos mismos se dan cuenta de cómo paulatinamente van convirtiéndose en esclavos de estos vicios hasta llegar al extremo de no poder hacer nada por sí mismos para poder apartarse de éso que les está causando tanto daño. Es entonces cuando entran en escena los equipos de recuperación conformados mayormente por sicólogos y médicos los cuales han diseñado estrategias que en algunos caso dan resultados pero en otros lamentablemente ¡No!. Hay multitud de estos últimos casos pero no vamos a mencionar ningún nombre por respeto a las victimas. Existen igualmente grupos de apoyo y hasta programas de radio y lineas directas para hablar del caso que sea necesario en el momento justo. Pero muy difícilmente se puede salir de un vicio arraigado por cuenta propia.
Hoy te quiero compartir algunas historias de personas que lograron salir del dominio de un vicio fuertemente arraigado en ellos utilizando sólamente un arma: ¡Su fuerza de voluntad! te los contaré no en órden de importancia, sino en un desorden no premeditado porque todos son importantes- Helos aquí:
Me contó Jorge una vez hablando con él, que en una época de su vida cayó en el vicio del juego de maquinitas de casino y me dijo que era tanto lo que éso lo dominaba que no se acordaba ni de comer y que inclusive los dependientes del casino le llevaban bebidas a su puesto de juego, con el fin de que no se moviera de allí. Era tal el grado de dependencia que había desarrollado que cuando no estaba jugando ¡Escuchaba la música de la maquinita que lo llamaba! Hasta que un día tomó conciencia de su situación y se propuso no ir más a jugar y así lo hizo. "No fue fácil ni rápido" me dijo pero lo logró finalmente.
Mi concuñado me contó una vez una historia que a mi juicio es sorprendente: Miguel, un campesino de la sierra Nevada de Santa Marta, vivía tan alejado del pueblo que no iba a este sino por fuerza mayor o para traer provisiones. Y entre las cosas que nunca le faltaban estaba una caja de cigarrillos. Pero no una cajetilla de esas que caben en el bolsillo, sino una caja grande de esas que contienen varias decenas de cajetillas de aquellas que pensaste antes; es decir que él llevaba la provisión de cigarrillos para varios meses porque tenía la costumbre de que encendía el cigarrillo siguiente con el que ya se le estaba terminando. ¡Tal era el grado de su vicio! Pero en una ocasión Miguel no podía bajar al pueblo y ya solo le quedaban tres decenas de cajetillas. Entonces pensó: "Esto me tiene que alcanzar hasta que baje" y sacó la cuenta y dosificó lo que tenía. Como el ritmo con el que él llevaba su vicio era tan intenso, obviamente ahora debía tener períodos de abstención digamos una hora sin fumar y lo logró. Cuando pasó la hora y ya podía fumar pensó "Si pude durar una hora, ¿Será que puedo durar dos?" y así lo fue alargando hasta que completó un día entero sin fumar; y después dos días y tres y...¡Dejó definitivamente el cigarrillo! ¿Increíble? Sí, lo es pero me aseguraron que es una historia verdadera.
Alguien a quien conozco y aprecio mucho me compartió que él tomaba todas las noches "Para poder dormir tranquilo" hasta que un día camino a su trabajo comenzó a ver "visiones raras" (según sus palabras), lo cual hizo que se concientizara de su situación y a cuestionarse: ¿Qué me estoy haciendo? y así como se bota un sucio a la basura; así mismo se deshizo de su mala costumbre que ya tenía mucho tiempo practicando. Cabe anotar que esa no es una decisión nada fácil de tomar y aún más difícil de sostener pero Enrique se apoyó en Dios porque era consciente de que solo, no lo lograría. Pero no se reunió en una nueva fe ni nada, todo lo hizo internamente: Un compromiso consigo mismo.
Yo dejé de fumar un día que tiré una "colilla" al piso y mi hija que gateaba la tomó e intentó llevársela a la boca. Yo inmediatamente se la quité y de forma simultánea me quité tan feo hábito que no sólo daña los pulmones sino que mancha los dientes y los dedos y deja al fumador hediondo. Antes era "cool" fumar y las propagandas al cigarrillo eran sin restricciones pero aunque esto último ha cambiado; no hay una sola película en la cual no salga uno de los protagonistas fumando. ¡Éso también es publicidad! Entonces, me dí cuenta de que los hijos, más que seguir lo que uno les dice, hacen lo que nos ven haciendo.
Es cierto que historias como las aquí narradas son "la excepción de la regla", pero al mismo tiempo son prueba de que si de verdad queremos librarnos de las cadenas de un vicio, la mente juega un papel muy, muy importante. Algo para tener en cuenta.
En la Biblia hacen referencia al "Dominio propio" (Gálatas 5:22-23) Yo considero, no sé si me equivoco o no, que el dominio propio viene a ser lo mismo que la "Fuerza de voluntad" que bien cultivada puede sacarnos de muchas situaciones embarazosas por decirlo de una manera general y sencilla.
Antes, en la época de la radio, existía una serie llamada Kalimán. El súper héroe le decía a Solín (un niño que lo acompañaba): "Recuerda Solín que ¡No hay poder más grande sobre la tierra que el poder de la mente humana; y quien domina la mente: lo domina todo!"
Si estas historias que te compartí aquí no son claro ejemplo de ese poder del que hablaba Kalimán, no sé qué lo será.