1 de diciembre de 2023

Los Niños, los Animales y Yo

 

Hoy te quiero compartir un hecho que, como casi todo lo que escribo no tiene una explicación lógica, sino que es algo que sucede, se da por esos caprichos que la vida hace tanto alarde de realizar.

Es “algo” que he observado que sucede conmigo cuando estoy cerca de un niño o de algún animal: podría decirse que es un “encanto especial” o algo parecido pero que no puede ser explicado.

Con los niños, por pequeños que sean se establece un lazo de comunicación muy particular.  Hay veces que me subo a un bus y una mujer que va sentada lleva un bebé en brazos, no importa si es niño o niña, pero me quedan mirando con una curiosidad que no puede pasar desapercibida; ha habido casos en el que las madres se alarman por la actitud de su bebé y buscan sin conseguirlo que me quiten la mirada.  Y no es sólo que me miran, sino que se sonríen conmigo de una forma dulce.

Si yo llego a acercarme a la cuna de un bebé que duerme: este indefectiblemente se sonríe en medio de sus sueños como si percibiera mi presencia aun estando bajo el efecto del sueño o podría decirse en estado inconsciente.

Cuando los niños ya son más grandecitos, digamos de tres a cuatro años, yo creo que me ven de su misma edad: Quieren jugar conmigo hablar conmigo y en definitiva pasar tiempo conmigo.

Un caso muy particular fue el de la nieta de una amiga: la niña llegaba de la guardería al lugar donde trabajábamos y enseguida me buscaba y comenzaba a hablar conmigo y a preguntarme cosas.  Su abuela siempre la regañaba, pero ella no le prestaba atención y seguía conmigo como si nada le hubiesen dicho.  En una ocasión la abuela le dijo: “No le diga Camilo, dígale Señor Camilo porque él es mayor que usted”.  Ella me miró con extrañeza como si no percibiera razones en los argumentos de su abuela y su razonamiento fue: “Si él es mi amigo…” e inmediatamente me preguntó: “¿Te puedo decir Camilito?

Ese es sólo un ejemplo de los muchos que podría citar pero que no dejan de existir y que son verdad enteramente.  Los niños me confían cosas que les pasan y que a sus padres ni por equivocación les comparten. Y yo como un buen amigo y en todo caso un buen profesor los aconsejo y les guío por el mejor camino.

En una ocasión se me dio por crear un grupo juvenil en donde nos reuniéramos y compartiéramos tiempo juntos y llegó a tener doscientos miembros. Allí les orientaba y les ayudaba a conseguir sus metas. Eran en su mayoría adolescentes, estudiantes de bachillerato y a algunos se les logró cambiar la vida…

Con los animales me ocurre otro tanto: Sean Caballos, perros, gatos, loros… Es con estos cuatro que he tenido alguna experiencia, pero mayormente con los perros.

En una ocasión, estaba acompañando a un amigo a una casa, entramos juntos a la casa pero él siguió más adentro con la propietaria de la misma y yo me quedé sentado en la sala; de pronto llegó un perro de esos que llaman peligrosos y se me acercó, yo le hice señas con la mano y se acercó aun más y yo comencé a acariciarle la cabeza.  El perro se veía muy complacido con mis cariños cuando salió la dueña y me gritó: “Muchacho ¿qué estás haciendo? ¡Ese perro es bravísimo! (Pero conmigo fue dócil) y así por el estilo puede ser el perro más bravo que conmigo no lo es.

La única que se quiso poner pesada fue Luna, la perrita del recién mudado vecino de al lado que no me quería ver ni en pintura.  Pero yo comencé a darle galletitas y después cuando yo estaba sentado en la puerta y ella salía: pegaba un salto y se me acurrucaba en las piernas para que la acariciara.

Con los gatos también me pasa, pero ellos no son muy de mis afectos porque sé que son foco de enfermedades y prefiero mantenerlos alejados.  Me gustan, pero de lejitos.  Para admirarlos y estudiar sus comportamientos, pero ellos me buscan siempre que pueden y algunas veces los acaricio.

Cuando yo era niño mi abuela me regaló un loro y cuando ese loro veía a mi papá pegándome se le lanzaba y lo picoteaba lo cual hacía que él también fuese castigado.

Y hace unos años en una finca encontré una cotorrita que yo le hacía sonidos con la boca y ella venía acercándose hacia mí y se ponía para que la acariciara y si mi esposa por casualidad se acercaba no le gustaba y si me abrazaba o me besaba tampoco le gustaba y trataba de picarla.  Era muy chistoso, parecía que estuviera celosa.

Y por último una ardilla se apareció en el barrio donde vivo y cuando yo la vi le di una semilla de mango y me la recibió con la boca y el que se asustó fui yo y dejé caer la semilla,


pero luego se la volví a dar.

Me han sucedido muchas más cosas con los animales pero las más relevantes son esas que te he referido.

Y con respecto a los animales mi secreto anhelo es que un día un pajarito no importa de cuales pero que sea cantor se me pare en el hombro y comience a cantar.


9 de septiembre de 2023

El Valor Simbólico

 

Teniendo en cuenta que ya ha pasado suficiente tiempo desde el acontecimiento de los hechos y aclarando en todo caso mi posición “Apolítica” para estos comentarios, quiero hablar de un evento que tuvo lugar el dia de la posesión de Gustavo Petro como presidente.  Ese día, después de que fuera juramentado y como primera orden presidencial, Petro dijo: “Ordeno que sea traída la espada de Bolivar”.

Sus opositores políticos comenzaron entonces una serie de comentarios entre los cuales se incluían algunos que calificaban la orden de inoportuna, exagerada o cualquier otro motivo descalificador que dejara en ridículo dicha orden.  La que más llamó mi atención fue aquella que decía que “Esa no es la espada de Bolivar: es una imitación”.  Aunque esa afirmación tuviera algo de verdad, era realmente improbable demostrar lo contrario, puesto que no se contaban con los elementos suficientes.  Pero no es de eso que quería hablar, sino de otro tópico relacionado con este mismo tema.

Vale recordar que esa espada ya tenía su historia propia sea que fuese auténtica o no; y se remontaba a la época de las espectaculares acciones del grupo M-19 quien la robó y años después la devolvió como parte de un proceso de paz con el gobierno.

Entonces y ahora sí tocando el tema de lo que quiero expresar, comenzaré por decir que aquellos que dijeron que esa espada no era auténtica, dejaron a un lado una consideración que había que tener en cuenta y es el valor simbólico de un objeto.  Bien difícil es colocar “La auténtica espada de Bolivar” en todos y cada uno de los museos y “Casas Bolivarianas” que existen en varios países de Suramérica principalmente.  Por tal motivo, las espadas encontradas en esos sitios deben entenderse como objetos simbólicos y no de otra manera.

Esa espada simboliza entonces las luchas de estos pueblos por lograr su emancipación de España que es en realidad lo que se logró y no la independencia ni mucho menos la libertad que tanto pregonan algunos medios, porque esta última bien lejos que está de ser lograda.

Para aclarar de alguna manera el punto que les estoy compartiendo, podemos comparar la ya mencionada espada con cualquiera de las cruces que se encuentran en una iglesia católica o en el pecho de algún fiel de esta religión:  ¿es acaso alguna de esas cruces la original, aquella a la que Nuestro Señor Jesucristo fue condenado y donde finalmente murió? La respuesta obviamente es ¡NO!.  Pero eso no le quita el valor simbólico a dicha cruz.

Entonces y para finalizar diré que aquella espada que se encuentra en una urna en Bogotá, bien podía ser de aluminio, latón o cartón y aun así conservaría el valor intrínseco que lleva de ser el símbolo de las esperanzas de toda una raza llamada “Latinoamericanos” de algún día lograr la independencia. Porque la Libertad: esa es otra historia…

7 de febrero de 2023

EL HIJO PRÓDIGO

En una ocasión, hablando con un amigo muy allegado a nuestra familia, él me compartió algo íntimo de su familia y era que ellos tenían como himno propio internamente en su núcleo familiar una canción de Rubén Blades que se llama "Amor y Control".  Yo le escuché atentamente a mi amigo la argumentación que él hizo y después le hice un rápido comentario, realmente no recuerdo cuál, pero en todo caso respetando su punto de vista.  Pero lo cierto es que yo no comparto el enfoque que se le da a las decisiones de familia en esa canción.  Porque pienso que cada quién debe responder por sus acciones y que en el caso de la canción se exagera en el concepto de solidaridad; quedando bastante distante del que yo tengo por cierto.  "...Y por más drogas que uses y por más que nos abuses la familia y yo tenemos que atenderte..."  Es esta la parte que no termina de convencerme en dicha letra.

Hace tiempo, en mis épocas de estudiante universitario, un profesor de psicología del aprendizaje nos decía que cuando uno se hace cargo de una persona enviciada en la droga, específicamente, se convierte en "codependiente solidario".

No sé si es que yo estoy errado en mi apreciación, si es que soy insensible al dolor ajeno o que definitivamente soy mal padre o en general "Mal familiar".  Pero esas posturas no van con mis convicciones de la vida.  Yo creo lo reitero que todos deben responder por sus acciones de manera personal y no poner a otros a "Pagar el pato" por los errores que ellos no cometieron.

Claro es, y creo que es válida la salvedad que en los primeros momentos en que se detecta el problema, hay que buscarle una solución.  Pero si el protagonista no pone de su parte para dicha solución: lo siento en el alma pero resuelvelo como puedas...

Inclusive en la Biblia encontramos un caso similar en la "Parábola del hijo pródigo" donde un hijo de manera irresponsable despilfarra su herencia y después regresa a casa de su padre.  Creo que todos conocemos esa historia a la que también le sacaron una canción curiosamente en el mismo género musical: "Juan en la ciudad" se llama y la canta Bobby Cruz con Ricardo Ray. En este caso mi inquietud es: ¿Qué mensaje le deja al hijo que nunca se fue, que siempre estuvo allí donde le correspondía cuando ve a su padre "echar la casa por la ventana" porque su irresponsable hijo regresaba?

Hablando de este tema con mi hermano quien tiene una preparación espiritual mucho más cultivada que la mía me dijo: "Lo que pasa es que eso hay que entenderlo espiritualmente porque es una enseñanza a ese nivel" Bueno hasta allá no me atrevo a seguir porque ya eso entra en terrenos en los cuales no me gusta opinar pero como creo que la mayoría de los que escuchan  o leen ese mensaje no tienen dicha preparación espiritual; entonces el mensaje que se recibe es el equivocado.

Y es que hasta en nuestra sufrida patria vemos un ejemplo claro del punto que deseo compartir:
en los acuerdos de paz que lleva a cabo el gobierno con los grupos al margen de la ley, siempre se incluye una cuota o mensualidad que reciben los "Desmovilizados" que llega a ser el 90% del salario mínimo en estos días 900 mil pesos.  (https://www.infobae.com/america/colombia/2019/07/19/el-gobierno-colombiano-extendera-a-ocho-anos-el-salario-mensual-que-reciben-los-ex-combatientes-de-las-farc/)

Un "Buen hijo" que dura once años entre la primaria y el bachillerato y cinco en la universidad (Sin meter los años de pre-escolar) cuando sale a buscar trabajo le ofrecen en el mejor de los casos el mínimo.  Los odontólogos generales desde mi punto de vista tienen una responsabilidad mayor aún que la de un médico general porque ellos intervienen al paciente, su labor es invasiva y conlleva un mayor riesgo; el médico sólo ausculta y manda algún medicamento o examen, pero hasta ahí.  Sin embargo  conozco casos de algunos odontólogos que para poder trabajar deben hacerlo en consultorios particulares y allí les ofrecen el 20% de lo que produzcan lo que para algunos no llega a ser ni medio salario mínimo.  Entonces pregunto otra vez: ¿Cuál es el mensaje que se recibe?