Esto que voy a contarte ahora, es
algo que yo mismo no he logrado entender, pero no por eso, deja de ser real.
“En un principio creó Dios los
cielos y la tierra…No mentiras, no voy a empezar de tan lejos en el tiempo;
pero sí de “algo” lejos en el mismo:
Cuando yo tenía ocho años más o
menos, mi papá se compró una radio portátil que para esa época era como tener
hoy una Tablet. Yo siempre he sido muy
curioso, sobre todo con los aparatos electrónicos y enseguida me dediqué a
explorarla en todas sus posibilidades.
En ella había una palanquita que decía AM en un lado y del otro SW. Como yo no sabía para qué era eso, le
pregunté a mi papá y él me explicó que SW era para oir emisoras de otros
países. Entonces mi infantil imaginación
comenzó a tratar de asimilar aquello: “Emisoras de otros países”. Vaya, ¿qué será eso? Pero como no pude
asimilarlo le pedí ayuda a mi papá y él sacó la antena, colocó el botón en SW y
comenzó a darle vueltas al botón de sintonizado pero sin ningún resultado. Entonces él me dijo que a esa hora no se
podía sintonizar porque “En otros países están durmiendo ahora”. Pero como yo soy muy persistente, cuando mi
padre desocupó la radio en la tarde se la pedí prestada, me fui para el patio y
comencé mi cacería de “emisoras de otros países” y para sorpresa mía salían tantas
que era sólo mover un poco el botón y entraban más de una en unos idiomas que
yo ni me imaginaba que pudieran existir.
Yo me imagino que mi cara en ese momento sería la misma que puso Aladino
cuando comenzó a salir “El Genio” y al igual que Aladino: quedé encantado.
Lo que más me gustó de todo lo
que escuché fue un idioma que se dejaba entender por momentos pero que después se
confundía; después se entendía y después no…
Yo comencé como a jugar al que adivina lo que quiere decir el locutor y
me concentraba tanto y lo escuchaba todos los días y por tan largo tiempo que
mi papá tenía que quitarme de la radio como lo hace hoy un padre con su hijo
enviciado en la internet…
Bueno no sé si será necesario
decirte que ese idioma que me fascinaba era el portugués. Me “envicié” tanto en ese idioma, que casi
podía decir que ¡lo entendía completamente! Y me gustaba oírlo.
Por alguna razón que yo no
recuerdo, dejé de hacer aquello que tanto me gustaba…
Muchos años después, cuando
estudiaba en la universidad, un profesor nos propuso lo
siguiente: “Tengo un libro que traje de Brasil que está en portugués, si
ustedes me lo traducen, les valgo esa traducción como un parcial”. Sobra decir que aceptamos “de una” y él nos dio
el libro que tenía 680 páginas. Éramos
26 en el curso por tanto nos tocaba traducir a cada uno 27 páginas más o menos.
No sé cómo decir esto, pero
cuando yo tuve el libro en mis manos
comencé a leerlo como si estuviera en español y terminé traduciéndolo todo ¡yo
solo!…
Fue allí donde se “disparó”
nuevamente aquella afición que había permanecido dormida por mucho tiempo y
entonces sentía una necesidad insustituible de aprender a hablar portugués que
era lo único que me faltaba (Al menos eso era lo que yo creía), porque ya “Lo
entendía” y lo Leía…
Entonces utilicé la web para
hacer eso y me inscribí a un curso en línea en una página muy buena llamada
livemocha y allí “conocí” muchas personas nativas de Brasil país con el cual yo
me siento identificado a tal grado que si se pudiera comprobar que las vidas
pasadas existen; no habría ninguna duda de que mi vida anterior tuvo lugar en
ese país porque esa es mucha pasión la que yo siento por todo lo que tiene que ver
con Brasil, su música, sus comidas, su cultura todo.
Si uno no tuviera que estar
agradecido con su país por haber nacido en él y por todo lo que le ha dado y
enseñado; pueden tener por seguro que ya habría adoptado la nacionalidad
brasilera… Es más yo soy brasilero; mi
corazón es brasilero y estoy plenamente convencido que no moriré sin antes
visitar Fortaleza, Natal y Salvador las tres ciudades del nororiente de Brasil que
más siento en mi corazón.
Algunos amigos de allá me
preguntan ¿No tienes curiosidad por conocer Säo Paulo o Rio de Janeiro? Y mi
respuesta es ¡Claro que sí! Pero mi corazón palpita por Fortaleza; la razón la
desconozco pero es así.